
¿EN QUÉ CREEMOS?
Así como Dios le mostró al Apóstol Yamil en 1979, que aquella congregación sería plantada para enseñar a los creyentes a dar pasos de fe, que debía estar fundada en Su Palabra y no en mandamientos de hombres, nosotros creemos que la Biblia debe ser el fundamento de nuestra congregación.
La Palabra de Dios es el fundamento de la Iglesia porque es la guía que revela la verdad de Dios y la voluntad de salvación. La Biblia es el libro que contiene la Palabra de Dios y es el único que tiene inspiración divina.
La Palabra de Dios es importante para la Iglesia porque:
- Es la base de la fe de los creyentes
- Es la herramienta para enseñar la doctrina bíblica
- Es la guía para tomar decisiones y actuar en situaciones difíciles
- Es la fuente de consuelo y afirmación de las promesas de Dios
- Es la revelación del Plan de Salvación
“Él respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” Mateo 4.4
DECLARACIÓN DE LAS VERDADES FUNDAMENTALES DE CENTRO VICTORIA INTERNACIONAL
- Creemos que la Biblia es la palabra infalible de Dios y que ella, y no las tradiciones de los hombres, es la que debe constituir la única regla de fe y conducta en todas nuestras congregaciones (2 Timoteo 3.15-17; 1 Tesalonicenses 2.13; 2 Pedro 1.21).
- Creemos en la existencia de un único Dios, eterno, omnipotente y omnipresente que existe como tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo (Deuteronomio 6.4; Isaías 43.10-11; Mateo 28.19; Lucas 3.22).
- Creemos que Jesús es el hijo de Dios, nacido de una virgen, que vivió una vida perfecta, que Él murió en la cruz por nuestros pecados y que resucitó de los muertos al tercer día.
- Jesús es el hijo de Dios (Romanos 1.4; Lucas 1.32; 2 Juan 3)
- Nacido de una virgen (Mateo 1.23; Lucas 1.31, 35).
- Vivió una vida perfecta (Hebreos 7.26; 1 Pedro 2.22).
- Murió en la Cruz por nuestros pecados (1 Corintios 15.3; 2 Corintios 5.21).
- Resucitó de los muertos al tercer día (Mateo 28.6; Lucas 24.39; 1 Corintios 15.4).
- Su exaltación a la diestra de Dios (Hechos 1.9, 11, 2.33).
- Creemos que, con la única excepción de nuestro Señor Jesucristo, todos los seres humanos somos pecadores y que necesitamos ser limpiados por la sangre de Jesús, perdonados por el Padre y llenos con el Espíritu Santo (Romanos 3.23; 1 Juan 1.7, 9; Tito 3.4-7; Hechos 1.8).
- Creemos que la salvación es dada por la Gracia de Dios, recibida por la fe de los seres humanos y demostrada mediante la santidad cotidiana y el vivir con pureza en medio de una generación pecaminosa (Efesios 2.8-9; Tito 2.11-12; Efesios 4.17-6.9).
- Creemos en la necesidad del bautismo en agua, el cual debe ser recibido por adultos que se hayan arrepentido de sus pecados y decidido creer en el Evangelio. El bautismo bíblico debe ser hecho por inmersión, y en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28.19; Marcos 16.16; Romanos 6.4).
- Creemos que la Iglesia es el cuerpo de Cristo extendido por todo el planeta y que nosotros, como Iglesias locales, necesitamos tener comunión y compañerismo con los demás miembros de ese Cuerpo (1 Corintios 12.13).
- Creemos que Jesús es nuestro Sumo Sacerdote en los cielos, pero también sostenemos que cada creyente en Jesucristo es un Sacerdote ante Dios, y tiene la responsabilidad y el privilegio de ser un adorador y un testigo del poder del Evangelio (Hebreos 4.14-15; Apocalipsis 5.10; 1Pedro 2.9; Hebreos 13.15).
- Creemos que el Evangelio de Jesucristo es el mensaje más poderoso que jamás se ha escuchado en este planeta. Por esta razón estamos persuadidos de que, en condiciones normales, una iglesia que predique la plenitud del Evangelio debe estar creciendo espiritual, numérica y económicamente (Romanos 1.16; Hechos 5.14).
- Creemos que el Cielo y el Infierno son lugares reales y que cada ser humano tiene la oportunidad de escoger si va a pasar la eternidad en uno u otro de ellos, de acuerdo con haber o no aceptado a Cristo como su Salvador personal (Apocalipsis 20.8,14-15, 22.14).
- Creemos en la Gran Comisión ordenada por Jesucristo y en la responsabilidad que tienen cada creyente y cada iglesia local de alcanzar tan lejos como sea posible a los no-creyentes con las buenas noticias del Evangelio (Mateo 28.19-20).
- Creemos que la Gloria postrera que se manifestará en la Iglesia será mucho mayor que la primera (Hageo 2.9), porque el Señor siempre ha guardado el mejor vino para servirlo al final de la fiesta (Juan 2.10).
- Creemos que todos los dones del Espíritu Santo están activos y funcionando en el Cuerpo de Cristo (1 Corintios 12.8-10).
- Creemos que los cinco dones ministeriales: Apóstoles, Profetas, Evangelistas, Pastores y Maestros están presentes hoy en día, y que son indispensables para la plena edificación y perfeccionamiento de la Iglesia del Señor (Efesios 4.11-12).
NUESTRA VISIÓN
Creemos que todas nuestras iglesias deben contribuir al mejoramiento integral de cada ser humano y al desarrollo de la comunidad mediante la predicación del Evangelio y la aplicación de los principios bíblicos en la vida diaria.
Nuestra visión consiste en formar un equipo internacional de ministerios que sientan pasión por Dios y por los perdidos y que estén dispuestos a orar, ayunar, renovarse y trabajar para que el poder del Evangelio transforme las ciudades en donde les ha tocado ministrar. “Llevando A Cada Persona A Una Vida En Victoria En Cristo Jesús”.
FILOSOFIA
Entendemos que nuestra visión es grande, y como tal, nos movemos en una fe valiente, creyendo a quien hemos servido para alcanzar lo que nos hemos propuesto: “Charlotte para Cristo”.
Como iglesia, abrimos nuestros brazos para dar frutos de la obra que Dios ha hecho en nosotros mostrando amor y compasión por la gente, sin distinción de razas, lengua, apariencia, ideología, forma de vida, etc. Enfocados en la Gran Comisión que es hacer discípulos de Jesús que se reproduzcan con el mismo ADN.
El personal y la iglesia van a ir más allá para dar con abundancia para la obra de Dios.
La Unidad del Cuerpo de Cristo es clave. Nosotros estamos unidos por su sangre y por la visión que Dios le dio al Apóstol Yamil Jiménez y a los pastores Milton y Evelyn Manzanares. Defenderemos agresivamente esa unidad y esa visión.
No vamos a atender a las preferencias personales en nuestra misión de ganar esta ciudad. Estamos más preocupados por las personas que estamos tratando de alcanzar, que por las personas que estamos tratando de retener.
Continuamente aumentaremos nuestras capacidades mediante la estructuración de hacia dónde queremos ir y no donde estamos.
Siempre vamos a mantener una postura de aprendizaje. Buscamos aprender de todos y de incorporar una variedad de influencias en nuestra metodología.
Vamos a hablar sobre la visión y la vida de nuestro pueblo. Vamos a levantar la salvación de Jesús, en lugar de utilizar nuestra plataforma para condenar.
Ponemos un valor desproporcionado en la creación de una experiencia de adoración que se celebra con pasión a Jesús y que atraiga a la gente que está lejos de Dios.
Creemos que Dios nos ha llamado a ser la luz del mundo y como tal, haremos brillar esa luz a lo largo y a lo ancho del territorio que se nos ha entregado. Trabajamos arduamente para ver este territorio transformado por el Poder del Evangelio de Dios. Una ciudad llena de hombres y mujeres de Dios es una ciudad prospera y el mejor lugar para vivir, es una “Ciudad en Victoria”.